Cintia Rodríguez estaba a punto de lograr el sueño que tuvo desde la infancia. Había logrado la clasificación para los JJOO de Tokio con el equipo español de gimnasia artística. Tras una pandemia, 9 operaciones, muchos años de sacrificio, de trabajo hasta la extenuación, iba a cumplir su gran objetivo. Participar en unos Juegos Olímpicos.
Sin embargo, el destino la volvía a jugar una mala pasada. Faltaban pocos meses para los Juegos. Un mal gesto, en una rodilla ya maltrecha. Era el punto final … o no.
No para Cintia. Rendirse es una palabra que no está en su vocabulario. 27 años, muy mayor para la gimnasia de alto nivel … No, no para Cintia.
HONOR. Compartiendo valores. Grandes historias de personas que nos inspiran